miércoles, 10 de octubre de 2012

¡TE INDULTALÁ!


        Ollanta Humala se encuentra en una encrucijada. Sólo a él le corresponde decidir si otorga o no el indulto al sentenciado Alberto Fujimori, si optar por la impunidad o la humanidad. Un indulto se otorga a favor de un sentenciado, suprime excepcionalmente su pena sin eliminar el delito e implica un perdón a nombre del Estado de la condena. Al respecto, es interesante repasar algunas cuestiones sobre el ejercicio de esta prerrogativa presidencial, reconocida constitucionalmente.
1. Ollanta no está prohibido de indultar a Fujimori. En primer lugar, la Corte Interamericana no ha proscrito expresamente el otorgamiento del indulto. En el  caso Barrios Altos prohibió que el Estado realice cualquier acto que impida investigar y sancionar a los responsables de graves violaciones de derechos humanos, como amnistiar. Esta interpretación fue seguida por el TC en el caso Martin Rivas. Siguiendo la postura de la CIDH, algunos sectores -como Amnistía Internacional- opinan que el indulto también está vedado, pues una condena ha de ser cumplida sin excepción. En efecto, el indulto no debe ser otorgado si se usa como herramienta para extraer irregularmente al sentenciado del sistema penal, pero podrá evaluarse su otorgamiento cuando estén en juego otros bienes constitucionales y dentro de circunstancias excepcionales. Incluso, desde el punto de vista de su efectividad simbólica, cuando la familia de Fujimori lo solicite, estará reconociendo tácitamente que el patriarca es culpable, entre otros delitos, de asesinatos durante su gobierno.
2.  Se puede indultar por razones humanitarias. Ollanta no utilizaría correctamente esta gracia presidencial si lo hace como reconocimiento de la trayectoria presidencial de Fujimori o por un uso especial en el pasado (los fujimoristas alegan que cuando el actual primer ministro Jiménez Mayor fue viceministro en el gobierno de Paniagua hubo indultos hasta ‘por gastritis’) ni tampoco denegarlo como crítica a la indolencia que muchas veces se cuestionó al ex presidente. En la actualidad, existe consenso tanto teórico como normativo en que sólo si existen motivos humanitarios fundados es posible otorgar un indulto, sustentado en una base fáctica que justifique el pedido. Actualmente, los requisitos para otorgar el indulto están señalados en la Resolución Ministerial 162-2010-JUS, siendo uno de ellos sufrir no únicamente una enfermedad terminal, sino una avanzada, progresiva, degenerativa e incurable cuyas condiciones de reclusión podrían colocarlo en grave riesgo, como alega la familia Fujimori. El pedido será evaluado y calificado, antes que por el presidente, por la Comisión de Gracias Presidenciales.
3.  Corresponde definir si Fujimori tiene una ‘enfermedad grave’. Aunque algunos aseguran que sufre un granuloma no cancerígeno, el círculo cercano del ex presidente asevera que desde 1997 tiene una neoplasia epidermoide de la cavidad oral, cáncer crónico moderado, que para los especialistas del INEN no se ha agravado debido al estricto control médico e intervenciones quirúrgicas permanentes. Para la OMS, este mal rara vez se transforma en terminal (metástasis) y, según lo ha resaltado el mismo Fujimori en una carta hecha pública por su hija, el carcinoma aparecido en la lengua ya ha sido controlado.
4. También corresponde examinar la repercusión de la condición carcelaria. En segundo lugar, cabe preguntarnos si la reclusión de Fujimori implica un perjuicio para su vida, integridad o salud. Según la Defensoría del Pueblo, cumple condena en una instalación de 60 metros cuadrados en la DINOES, con un tópico de salud permanente, enfermera 24 horas y visitas constantes de familiares, amigos y médico de cabecera, además de gozar de un tratamiento oncológico externo de primer nivel. Corresponde establecer si con este régimen penitenciario (superior con creces al del resto de 50.000 internos en el país), el supuesto cáncer que lo agobia se agravará.
5. Ollanta tiene que tener cuidado del control judicial de su decisión. La base fáctica-médica del indulto no puede fantasearse y cualquier intento de trastocar la realidad acarrearía consecuencias jurídicas, como cuando se anuló el indulto a favor de un broadcaster. Justamente analizando el caso Crousillat, el TC señaló que esta gracia presidencial no puede ser arbitraria, y que está habilitada la interposición de un amparo contra la resolución administrativa que lo otorga porque, aun cuando ésta goza de la calidad de cosa juzgada, es exigible su compatibilidad constitucional al no existir zonas exentas de control judicial. Además, en el caso Jalilie, señaló que si la concesión del indulto no se sustenta con claridad en razones humanitarias violaría el principio de igualdad y los fines de la pena. Por otro lado, sería políticamente incorrecto para el gobierno nacionalista que posteriormente su decisión sea revocada.
6. Su decisión no condiciona a Humala en otros casos. En caso que se decidiera indultar a Fujimori, ello no implicaría la obligación de otorgarlo en casos similares. La igualdad exigida por el TC consiste en que a todos los solicitantes se les exija probar de la igual manera la gravedad de su enfermedad para ingresar a la lista entregada al presidente, quien decidirá posteriormente según el principio de oportunidad. Decir lo contrario podría llevarnos al absurdo de asegurar que si se indulta a Fujimori, también debería indultarse a Abimael Guzmán quien purga condena en la dura Base Naval y que, según su abogado, tiene un delicado estado de salud y ha renunciado a la lucha armada. Quizá a partir de esta equivocada interpretación Movadef ha apoyado públicamente el indulto a Fujimori.
7. El indulto a Fujimori tendría efecto sobre las fuerzas congresales. El presidente debe analizar con tranquilidad los costos y beneficios de su decisión. Podría asumir que sería políticamente beneficioso otorgar el indulto si necesita el apoyo de la bancada de Fuerza 2011l, en vista que Gana Perú ha tenido importantes bajas. Hasta ahora los fujimoristas han actuado como oposición (por ejemplo con el último pedido de interpelación de un ministro), pero en el futuro podría ser un aliado del oficialismo (por ejemplo, para cambiar la ley electoral y permitir que Nadine postule en el 2016). Si opta por cautivar a la segunda fuerza política en el Congreso, hay una alta posibilidad de perder el apoyo de Perú Posible, hasta el momento aliado de los nacionalistas, que ha exigido de Fujimori el perdón al país y el pago de la reparación económica exigida en las sentencias condenatorias, desembolso también requerido por el presidente del PJ, César San Martín, hechos que sólo tendrían un efecto simbólico y de muy difícil cumplimiento.
8. Humala debe tener en cuenta también su apoyo electoral: Asimismo, como Ollanta es consciente que ha ido reduciendo paulatinamente su popularidad, con el indulto gozaría de la simpatía de los fujimoristas y del más del 50% de la población, que según las últimas encuestas, estaría a favor de la libertad del ex presidente. Pero a la vez debería preocuparse que actuar así implicaría perder el apoyo de muchos de sus electores que lo veían como el personaje antagónico a Keiko; rindiéndose ante la impunidad, ofendiendo a las víctimas y renunciando a un discurso preelectoral crítico del gobierno de los noventa, sobre todo si se hizo conocido con un sonado levantamiento militar contra el régimen.

       Más allá del apasionamiento de quienes no ven obstáculos para concederla y de quienes creen lo contrario, Humala tiene que ser consciente de los efectos jurídicos y políticos de la opción por la cual decantarse. Hasta ahora no ha revelado qué hará, aunque insistir en el proceso de extradicción de Fujimori por el caso de los periódicos chicha no es una buena señal para quienes apuestan por ver en libertad nuevamente al ‘chino’. 


(VÍCTORHUGO MONTOYA CHÁVEZ)

1 comentario:

  1. Seria bueno un ejercicio de los posibles escenarios aplicando teoria de juegos, que dicen? se animan a hacerlo? Slds por el blog. Eduardo

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